18 abril 2006

Fomento de la lectura

Leo con curiosidad el artículo del Diario de León sobre el Plan de Fomento de la Lectura que la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León quiere implantar en los próximos cuatro años. Con ella se pretende que el 60% de la población adquiera hábito de lectura y el 50% utilice las bibliotecas públicas. No es el primer intento por parte de los organismos públicos dedicados a la cultura para incrementar el número de lectores dentro de la población, pero el caso es que la gente no lee y no utiliza las bibliotecas. Siempre se habla de inversiones económicas pero casi nunca del factor humano. Yo como la mayoría de titulados en Biblioteconomía y Documentación, me he tenido que reciclar para trabajar en otra profesión abandonando mi vocación porque el panorama en el mundo de las bibliotecas es desolador. La mayoría de las bibliotecas municipales y escolares de León no tienen un verdadero profesional preparado y titulado a pesar de que en la Universidad de León se imparte la Diplomatura de Biblioteconomía y Documentación.

Propongo dos medidas sólo dos para aumentar en poco tiempo de manera espectacular el número de lectores y usuarios de bibliotecas:
1- que cada colegio tenga una biblioteca escolar y que en ella trabajen bibliotecarios preparados y que cuenten con medios y con el apoyo de los profesores,
2- que cada pueblo de más de mil habitantes tenga una biblioteca y en ella trabajen bibliotecarios preparados y que cuenten con medios y con el apoyo de los alcaldes y concejales.
Sencillo, ¿verdad? Pues no va a ocurrir y aunque espero equivocarme dentro de algún tiempo se volverá a hablar de otro Plan para incrementar el desolador índice de lectura de la región

1 comentario:

Anónimo dijo...

Anecdota de un bibliotecario fracasado:
El caso es que el otro día una estudiante de aproximadamente 19 años me dijo que si le buscaba información de Unesco. Yo le dije, no te preocupes, mira esta es la página de la Unesco. Ella la miró y me dijo que creía que la UNESCO esra una base de datos y que quería buscar dentro de ella información.
Yo como un bibliotecario perdido, la miré y la sonreí (ya que era mi única esperanza de escapar de la barbarie)